Sonó el timbre que anunciaba el recreo y todos salieron en estampida.
- ¡Idiota me has pegado un codazo!
- ¡Te aguantas!
- ¡Abusón!
- ¡Llorica!
- ¡Dejadlo ya!
- ¡Tú no te metas! ¬¬
- Vale ^^'
Apenas dos minutos después, en la clase solo quedaban seis chicas. Dos de ellas estaban enganchadas al móvil, otra canturreaba distraídamente. Otra pareja charlaba entre risas y empujones amistosos. La última estaba sentada con las piernas cruzadas sobre su mesa, escuchando música con su iPod y mirando por la ventana.
- Todos los días lo mismo.- suspiró esta última saltando al suelo. Su pelo era de un color verde azulado, largo hasta la mitad de la espalda, y sus ojos resplandecían carmesíes.- ¿Pero qué prisa tendrán? Ni que fueran a un concierto de...
- ¿Lady Gaga?- la interrumpió una de las que estaban hablando. Sonrió inocentemente. Llevaba un par de jazmines a ambos lados de la cabeza, adornando su pelo rosa intenso. Parpadeó dos veces con los ojos azules brillándole. Acto seguido, la del pelo verdoso le pego una colleja que casi la tira al suelo.
- Te lo voy a preguntar de manera que hasta tú lo vas a entender.- dijo sin cambiar la inexpresividad de su rostro.- A ver, ¿cuántas veces te he dicho, mi querida Nana, que no me interrumpas?
- Jo, Kana... Es que no me dejas ni hablar... No hay derecho... ¿qué quieres, que me vuelva muda?- Kana abrió la boca para contestar, con un brillo maléfico en los ojos, pero la compañera de Nana las interrumpió.
- Ni tanto ni tan poco, Nana. Reconócelo, si es que no te callas ni debajo del agua.- le revolvió el pelo riendo. Tenía el cabello corto, marrón y liso, y unos ojos pardos y sabios.- Haya paz, Kana.
- Solo porque tú me lo pides, Nami.- a pesar de que su rostro no cambió lo más mínimo, en el fondo de los ojos de Kana se pudo vislumbrar el brillo de una sonrisa.- ¡¿Queréis parar ya con el móvil?!- regañó de inmediato a las otras.
- No...
- ...pero has hecho bien en preguntarlo.
Kana se dirigió hacia ellas, les cogió los móviles (uno turquesa y otro fucsia) y los tiró por la ventana.
- ¡Eh!
- ¡Nuestros móviles!
- Mi móvil nuevo T.T
- El móvil de mi hermano T.T
Kana chasqueó la lengua.
- Adictas. ¡Luego me preguntan a mi si tengo vida social! A ver, Ryoko, Norika, miradme fijamente.
Las otras obedecieron sorbiéndose la nariz.
- Repetid conmigo: no necesito el móvil para vivir.
Ambas se miraron en silencio, haciendo pucheros. Luego, una de ellas, con el pelo azul celeste y los ojos turquesa, tomó la palabra.
- No necesito el móvil para vivir.
- Muy bien, Ryoko. Ahora tú, Norika.
Norika vaciló un poco, tocándose compulsivamente el pelo corto y rosado y moviendo de un lado a otro sus ojos naranjas.
- No... no necesito... no necesito el móvil para vivir.
Kana les revolvió el pelo a ambas.
- Os felicito.
- ¡¡¡Chiaki!!! ¡¡¡Vuelve con nosotros!!! ¿¿¿Acaso te han abducido los aliens???
Nana estaba gritando a la última de las chicas, de pelo rubio claro y ojos celeste (claro también). Chiaki dudó un poco, aun absorta en sus pensamientos. Luego miró a Nana tranquilamente.
- ¡¡¡Que no estoy sorda!!! ¡¡¡Háblame como a una persona normal!!!
- ¡¡¡Lo haría si no estuvieras siempre en los mundos de yupi y si fueras una persona normal!!!
- ¡¡¡Mira quién fue a hablar, so otaku!!!
- ¡¡¡Te arrepentirás de haber dicho eso!!!
Empezaron a pelear y a tirarse de los pelos, vamos lo normal.
- Yo... yo creía que Chiaki era una persona más bien timidilla ^^' -comentó Ryko.
- Y yo pensaba que Nana era dulce y adorable, no el monstruo del lago Ness ^^' - respondió Norika.
- Mira tú que bien- resopló Kana- eso significa dos cosas: 1 Yo sí calo bien a las personas 2 Nana ya tiene nuevo apodo (Nessie).
Todas la miraron y se quedaron como... ^^'''
- Dejadlo ya.- suspiró Nami, que odiaba las peleas.- No es necesario discutir. Chiaki, estate más concentrada, y Nana, sé más educada.
- Vaaale.
- Si no hay más remedio...
Todas sonrieron (menos Kana). Entonces Norika habló:
- O.O Ya sé por qué todos bajan tan rápido.
- Sorpréndenos.
- ¡¡¡Porque hoy dan pizza en la cafetería!!!
- ¿¿¿Qué???
- ¡¡¡Lo que oyes!!!
- ¡¡¡Bajemos, que se nos acaban las pizzas!!!
Ryoko tomó a Norika de la manó, que a su vez arrastró con ella a Chiaki, y salieron las tres corriendo.
- Exageradas.- resopló Nana de morros.
- Estás así solo porque no te han llevado con ellas.- sonrió Nami.
- Bueno, habría bajado ella sola si se hubiera acordado, pero como no sabe ni en qué año vivimos...- dijo distraídamente Kana, con voz siniestra.
- ¡Claro que sí!- protestó Nana- ¡Estamos en 3.619!
- Vale, te mereces un premio.- la consoló Nami.- Bajamos y te compramos una palmerita fe chocolate, ¿te apetece?
- Palmerita *¬*
Pues lo dicho, bajaron las tres, le compraron la palmerita a Nana y poco más tarde se encontraron a la entrada del instituto con Ryoko, Norika y Chiaki, todas sonriendo con una pizza frente a ellas.
Estuvieron hablando un buen rato, sentadas en las escaleras del instituto. Tras ellas, el edificio se alzaba imponente, blanco y serio. En el patio, de cristal transparente y rígido, sus compañeros jugaban con su N 6ds i XL (traducción: Nintendo 6ds (6 dimensiones) i XL) a dispararse e intentar esquivar las ''balas'' que el resto les lanzaban. Nadie se movía, todos tenían una consola con la que entretenerse. En aquel siglo (s. XXXVII d.C) nadie hacía ''esfuerzos innecesarios''. Todo el mundo tenía un robot que lo librara de las tareas más desagradables o cansadas. Menos mal que que aun existían lo que antiguamente se llamaban ''clubes'', donde todavía se mantenían vivas para los humanos tareas como el arte de coser. Era algo deprimente. En la calle, los coches volaban de un lado a otro con prisa, no había tiempo que perder. Todos tenían que... ¿trabajar? Sí, por suerte los adultos tadavía se ocupaban de trabajar.
Aunque pareciera increíble, aun quedaban quince minutos de descanso. Norika se desperezó.
- Uaaaaaaah, que aburrimiento.
- Del aburrimiento...
-... te libramos nosotras.
Un par de chicas aparecieron por la derecha del grupo en pose ''Pretty Cure''. La de la izquierda tenía el pelo negro y liso hasta la cintura, y unos ojos verdes y radiantes. La otra tenía el pelo azul oscuro y ondulado, con ojos del mismo tono y reflejos ambarinos.
- ¿Qué hay?- preguntó Kana, alegrándose de la llegada de las chicas.- Eika, Yasuyo...
- Nada nuevo, por desgracia.- suspiró abatida Eika, la del pelo negro.
- No hay nadie nuevo con quien meterse, así que nos estamos empezando a aburrir hasta nosotras.- corroboró Yasuyo, la de ojos azules.
- Siempre podéis meteros con Nana.- sonrió Nami con picardía.
- Eso... ¡¡¡eh!!!- la reprendió Nana después de un breve lapsus mental.
- Perdona, pero no he podido resistirme ^^.
- Pues vale...
- ¡Oye pelo-rosa!
- ¡No te metas con nuestra Nami!
Yasuyo y Eika pegaron a Nana una rápida colleja, tras el grito de <<¡torta combinada!>>
- Sois todas muy frikis.- suspiraron al unísono Norika y Ryoko.
- ¡Hablaron la adictas!
- ¡Y la otaku!- se metió Chiaki.
- ¡No hables así a pelo-rosa!
Las siete empezaron a pelearse hasta que...
- Me voy.- anunció Kana.
- ¡¡¡Nooooo!!! T.T
- ¡¡¡No te vaaaayaaaaaas!!! T.T
Yasuyo y Eika se abrazaron a sus piernas como niñas pequeñas.
- Soltad...- suspiró Kana.
- ¿A dónde vas?- preguntó la inocente Nana.
Momentos de tensión.
Los segundos eran como siglos.
Uno...
Dos...
Tres...
- Al baño.
Caída a lo anime.
- Pues vale ^^'- comentó Nami.
- Que disfrutes ^^ -sonrió Nana, llevándose una colleja de Ryoko.
En el interior del edificio ya no quedaba nadie. Las baldosas tranlúcidas resonaban a cada paso, rítmica y regularmente. Kana entró al baño, después se lavó las manos tarareando al son de su iPod y se disponía a salir cuando...
- ¿Kana Ishida?- preguntó una voz desconocida.
Kana se dio la vuelta, ligeramente sobresaltada. Allí, en el umbral de la puerta, estaba apoyado un muchacho de su misma edad (unos quince años), con el pelo negro alborotado y unos ojos verde oscuro aterciopelados.
- ¿Quieres algo?- respondió fríamente.
- ¿Eres Kana Ishida?- repitió el desconocido.
- ¿Acaso no responde a tu pregunta el simple hecho de que me haya girado?- resopló Kana, exasperada.
- No.
- De acuerdo. Sí, soy Kana Ishida. ¿Querías...?
- Hablar contigo- contestó el joven misteriosamente.
- Petición denegada.- Kana entrecerró los ojos.- Antes dime tu nombre, para estar en igualdad de condiciones.
- Vaya, sí que eres desconfiada.- comentó él despreocupadamente.- Mi nombre es Shiro Matsuya. Aunque, en teoría, ya deberías saberlo.
- ¿Qué quieres decir?
- Kana, yo voy a tu clase.
Aquello cada vez era más raro.
- ¿Desde cuando?
Aquel que decía llamarse Shiro se encogió de hombros.
- Desde esta mañana. Soy nuevo.
- Lo que me hace volver a mi pregunta inicial: ¿qué quieres?
Shiro trabó mirada con ella.
- ¿Conoces el callejón que hay tras el barrio de tiendas, junto al parque?
Kana enarcó una ceja.
- Por supuesto.
- Bien. Borra todos los planes que tengas para el sábado. Nos vemos allí a las doce del mediodía.
- Si quieres salir conmigo hay otras maneras de pedirlo.- masculló Kana duramente.
- No, por favor, no me tomes por esa clase de chicos.- Shiro sonrió atractivamente de medio lado.- No te equivoques, aunque la idea no me disgusta, no es lo que pretendo. De hecho, debes traer también a tus amigas.
- ¿A quién te refieres?- dijo ella, en un intento por proteger la identidad de sus compañeras. Shiro se separó de la puerta, se acercó lentemente hasta ella y le susurró al oído:
- Tú ya sabes a quién me refiero.
Dicho aquello pasó junto a Kana y se marchó.
- ¿Tú estás loco, verdad?- preguntó entonces Kana.
- Puede ser.- murmuró él antes de desaparecer.
Kana se quedó allí unos momentos, pensando. ¿Quién era ese chico? ¿De qué diablos la conocía en realidad? ¿Y qué había querido decir?
Entonces fue a reencontrarse con sus amigas en la entrada.
- Vaya, ya estabas tarda...- Nami se cortó a media frase.- ¿Qué te ha pasado?
- ¿Qué quieres decir?- preguntó Kana desconcertada, advirtiendo que todas la miraban con algo de miedo.
- Pues que tu cara suele ser completamente inexpresiva, no sueles sonreir... como ahora.
En efecto, Kana estaba sonriendo.
- Bueno, puede ser porque traigo una buena noticia para Eika y Yasuyo.
- ¡¡¡¡¡¡¡Di!!!!!!!-gritaron aquellas dos.
- Hay alguien nuevo en clase, así que ya podeis dejar de aburriros.- les guiñó el ojo.
- ¡¡¡Bieeeeeeeeeeeeeeen!!!
- Ah, y... por cierto.- Kana miró a todas las allí presentes.- ¿Qué hacéis el sábado?
- Na-nada.- dijeron todas a la vez.
- Guay. Nos vemos a las doce el el callejón del barrio de tiendas.
- ¿Para qué?- preguntó una perpleja Chiaki.
- Vosotras hacedme caso.
Acto seguido sonó el timbre de nuevo y todos entraron sin ganas a clase, deseando que las dos próximas horas se acabaran rápido.
*Aunque... primero tendré que buscar a alguien más* pensó Kana.
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Os gustó? Espero que sí. En cuanto publiqué la presentación me puse con el primer capítulo. Siento que sea tan confuso (espero que se aclare más adelante) y que se centre tanto en Kana. Escribiré cuanto antes.
Mikka
