Lo sientoooooooooooo!!!!!!!! Siglos sin publicar nada.... pero aquí estoy otra vez!!! Os cuelgo... mmm... los capítulos hasta el 16!!! Solo quedan 2 y despues mi parte... muajaja!!!
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Capítulo 13: Salvada
En el último momento, una luz cegó a Inés, y se escuchó una
sirena. ¡Era la ambulancia, me iban a salvar! Pero estaba gravemente herida.
Inés no podía dejar que la descubriesen y la llevasen a
reformatorio, así que rápidamente huyó por la ventana. Entonces llegaron los
servicios de emergencia.
-¿Hola?
Hice un esfuerzo con las pocas energías que me quedaban.
-¡Ayuda, aquí!
-¿Qué ha pasado? ¿Quién te ha hecho esto?
- La ventana…
-Tranquila, no hables,
estás muy débil, pero te curaremos.
Capítulo 14: He
sobrevivido
A la mañana siguiente aparecí en el hospital.
Me habían operado el estómago, dado 57 puntos en todo el cuerpo,
amputado dos dedos del pie y tenía nueve huesos rotos.
Estaba muerta de dolor, pero aun así tenía una estúpida sonrisa
en la cara. No estaba muerta, sobreviví.
Nadie en el internado se enteró de nada. Pensaron que
desaparecimos en el bosque, nada más. En cuanto a la sangre, pintura roja del
Departamento de Plástica.
Nunca más volví a ver a Inés. Había desaparecido.
Capítulo 15: La verdad sobre Inés
Antes de marcharnos del internado, pedí a los médicos que me
cogieran una casa, mi última voluntad: el expediente de Inés.
No podía creer lo que leía.
Inés era una niña ingresada en el internado a los cuatro años,
uno más que yo.
Pero de ella no es que no se pudieran ocupar, como me pasó a mí,
y que su hermana, sin dinero, pensase que ese era su mejor futuro.
Ella, con tan sólo tres años, ya era una asesina. Mató a su
hermano de once años, ahogándolo con su propia almohada.
Su madre, llena de pánico,
pensó que lo mejor era llevarla a un internado y olvidarse ella…
Capítulo 16: Otro ataque de Inés
Llevaba en el hospital ocho meses, sola y aburrida. Nadie me visitaba,
Inés puso a todas en mi contra.
Pero aquel era un día diferente. Una chica de mi edad venía a
visitarme. Su cara me sonaba… ¿pero de qué?
Estuvimos hablando y las horas se pasaron volando. Así día tras
día.
Un día, hizo una pregunta extraña.
-¿Conoces a alguna Inés?
-No me hables de ello, me trae malos recuerdos.
-¿Ella te hizo esto?
-Sí, pero aún no le he contado nada a nadie. Ha desaparecido.
-Ah, ¿sí?
-¿Para qué tantas preguntas?
-Es que… Es que…
-¿Qué ocurre?
-Inés soy yo.
Desconectó la máquina a la
que estaba enganchada para sobrevivir, huyó y yo entré en paro cardíaco. Lo
último que recuerdo es a los médicos entrando a toda prisa.
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Por favor, por favor, por favor, no os creeis prejuicios sobre Inés hasta leer la segunda parte... Onegai T.T
