Capítulo 3: Inés, una
niña diferente
Mi nueva ‘madre’ se empezó a preocupar por mí. Ya llevaba casi
un año allí, y aún no tenía ninguna amiga.
Pero yo no sabía con quién jugar. Todas se metieron conmigo
cuando yo estaba sola. ¿Después de eso, las podría llamar alguna vez amigas?
Imposible. Necesitaba a alguien, sí, pero alguien nuevo, alguien que aún no
tuviera nada contra mí.
Un día llegó Inés, una niña también muy triste.
Inés era una chica de estatura media y pelo muy negro, demasiado
oscuro, nunca lo había visto así. Sus ojos no eran ni marrones, ni azules, ni
verdes, ni grises. Eran unas ojos grandes y negros, del mismo color que el
pelo.
Por cierto, yo soy una chica bajita, con ojos verdes brillantes,
una mezcla entre castaña y rubia y tengo el flequillo recto.
Inés tenía una historia parecida a la mía (o eso pensaba). Todas
excepto yo se metían con ella, por lo que pronto nos hicimos inseparables.
A todo íbamos juntas, compartíamos todo… Pero había algo en Inés
que a mi mamá no le acababa de gustar. Intentaba un poco, yo creo, separarnos.
¿Pero cómo dejaría de lado a Inés, la única que me aceptó tal y como soy? No
podía. Por culpa de Inés tuve grandes discusiones con mi ‘madre’. Según ella,
me cambiaba la forma de ser, que antes era más cariñosa, que antes estaba más
con ella…
Creía que eran simples celos, pero ahora comprendo lo que quería
decir.
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Con la llegada de Inés empiezan todos los lios... que esconderá esta extraña y solitaria niña? Espera, es mi personaje... esconderá una katana bajo la almohada? Quien sabe...
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