martes, 17 de julio de 2012

M.M.A.M.Q.M Parte 2 Cap. 11

Without coments... ^^U

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Capítulo 11: Fin de la función

Dejé el hacha a un lado para darle algo de ventaja, pero la estúpida soltó también su cuchillo. ¿Kina contra mí, cuerpo a cuerpo? Ahora sí que estaba perdida. Comenzamos a tirarnos del pelo, y en un momento determinado tiré de su cabeza hacia abajo para golpearle en la cara con la rodilla.

Al ver que aquello no era más que un juego de críos, cogimos de nuevo nuestras armas. Me cortó en varios sitios, desgarrando mi camiseta y mis vaqueros. Noté la sangre caliente derramándose también por mis mejillas. Pero yo la hice más daño. Le clavé la punta del hacha sobre la clavícula, observando como la sangre recién salida del corazón brotaba roja. Y todo el mundo se tiñó de rojo ante mis ojos. Le corté la muñeca izquierda, bajo la rodilla derecha, el labio inferior…

En un descuido mío salió huyendo hacia su habitación. La seguía entre histéricas carcajadas. Rompí la puerta de una patada y entré, pillándola intentando llamar a una ambulancia. Con el pie le tiré el móvil de la mano, y después hinqué el mango de mi hacha en el lugar justo donde se unen los metacarpos y las falanges del pie. Reí mientras ella gritaba. Estaba acabando con ella.

Pero la bastarda cogió y me clavó su cuchillo en el cuádriceps. Rugí de dolor y me quedé quieta. Sentí que me había seccionado la arteria femoral y como la sangre salía a borbotones con un dolor punzante.

En un arrebato de ira, levanté mi hacha y se la clavé en pleno abdomen. Sentí sus costilla crujir por el impacto y vi su cara desencajada por la sorpresa y el espanto.

Sonreí triunfal. A pesar de que tenía la certeza de que podía morir desangrada por la herida que Kina me había provocado, sabía que había ganado.

Allí, acurrucada en un rincón, Kina tenía un aspecto derrotado y deplorable. Me hubiese dado lástima si se hubiera tratado de otra persona. Pero ella no. Mis espinas se apretaban poco a poco contra su frágil tallo.
Saqué con gran esfuerzo el cuchillo de mi pierna y me decidí a clavárselo en el corazón. Morir por su propia arma. Ah, dulce justicia poética…

1 comentario:

  1. Eemm... Yo... la verdad... No tengo palabras... No sé qué comentar... Este capítulo me ha parecido de lo más sádico, pero aún así me ha gustado.

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