miércoles, 25 de julio de 2012

M.M.A.M.Q.M Parte 2 Cap. 16

Hoy os dejo con el que, para mi gusto, es uno de los capítulos más interesantes de Mi mejor amiga me quiere Matar. Pero a ver qué os parece a vosotr@s. Aquí se narra la aunténtica historia de Inés...

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Capítulo 16: Memorias en blanco y negro… y rojo

Esta vez sabía claramente que Kina había muerto. Podía sentir el gran peso que me había sacado de encima.

Pero, lentamente, también empecé a notar un nuevo lastre en el corazón.

Al fin y al cabo, lo había vuelto a hacer.

Apoyada contra el cristal de una ventana del teatro, dejé fluir los recuerdos con la esperanza de que la lluvia se los llevara.

Cuando era pequeña, mi madre era la persona a la que más admiraba en el mundo. La quería. La adoraba. Ella era cariñosa y alegre, atenta y se preocupaba por mí. Yo solo quería estar con ella.

Pero entre ella y yo se interponía un obstáculo que no podía saltar por mucho que quisiera; mi hermano. Mi madre no lo dejaba ni a Sol ni a sombra. Siempre estaban juntos, eran como uña y carne. Y yo me sentía cada vez más excluida.

Un día, jugando, mi hermano y yo nos caímos. Él se hizo un raspón en la rodilla, y yo me pegué en la cabeza contra la esquina de nuestra mesita de café. Yo era más fuerte que mi hermano y no lloré. Pero eso hizo que mi madre no se preocupase y solo tuviera ojos para el rasguño de mi hermano.

Aquel día tomé una decisión. Muy, muy de noche, me deslicé en la habitación de mi hermano con mi almohada apretada contra el pecho. Me quedé junto a él, mirándolo. Y entonces apreté mi almohada contra su rostro. Él se debatió y se retorció. Intentó gritar, pero la almohada ahogaba sus palabras.

Mi hermano se quedó inmóvil. Yo retiré mi almohada. Mi hermano tenía los ojos inyectados en sangre y la piel pálida.

Con un encogimiento de hombros regresé a mi habitación.

Volví en mí mordiéndome los labios. Sí, la situación era la misma que entonces. Había matado a dos personas sin razón aparente.

Sin embargo, sacudí la cabeza. Sí que había una razón.

Tanto Kina como mi hermano habían intentado imponer su felicidad sobre mi propia felicidad, mi autoestima y mi orgullo.
Para mí era razón suficiente.

2 comentarios:

  1. Es triste saber que lo hace porque le duele... La historia de Inés es muy interesante, de alguna manera.

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  2. Mikka-san... Cada vez me das más mal rollete...

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