sábado, 14 de julio de 2012

M.M.A.M.Q.M Parte 2 Caps. 6 y 7

Bueno, este es larguillo, pero como tampoco tenía mucha acción, os pongo también el 7 ^^

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Capítulo 6: Tras la máscara de la princesa

Fingí comportarme con normalidad, al igual que ella. Era un auténtico juego de engaños. Y afortunadamente, yo jugaba mejor que ella. Perdida estaba toda nuestra confianza anterior.

Una de aquellas tardes en su habitación se disculpó un momento para ir al baño. Yo, tumbada en su cama, me recosté sobre la pared. Y al apoyar la cabeza, escuché un sonido hueco.

Palpé la pared, sorprendida, hasta desprender una de las placas de madera. Descubrí un agujero de aspecto descuidado. Pero no tenía tanto polvo como debería, lo que quería decir que alguien lo había abierto recientemente. Vi un libro escondido en un rincón y lo saqué. Comencé a hojearlo. Era el diario de Kina.

Al principio todo parecía normal, pero al llegar a la mitad comencé a asustarme, sin dar crédito a mis ojos.

Así que eso era lo que ocurría. Kina pensaba que debíamos separarnos… para siempre.

Una oleada de calor me recorrió de arriba abajo y se me encendieron las mejillas.

Todo el dolor, la pena y la ira que había albergado tras la marcha de mi madre, que más tarde había reprimido y escondido en mi corazón hasta olvidarme de ella, explotaron en aquel mismo instante.

De nuevo la sensación de abandono, de tristeza y de enfado recorrió mi ser como un río de llamas. Y a ella se unió un nuevo sentimiento: el de repugnancia.

Primero mi madre, ahora Kina. No lo aguantaba. Después de haber hecho todo por ella, de apoyarla por absurda que fuera su opinión, me dejaba así. Y encima no tenía el valor para decírmelo a la cara. Monté en cólera.

Aquello había ido demasiado lejos. Con fría determinación, recogí todo para que Kina no me descubriera. Calmé mi corazón rugiente y recuperé la habitual palidez de mi piel. Luego esbocé la más deslumbrante de mis sonrisas para recibir a mi ‘mejor amiga’.

Ahora sí que se enteraría de quién era yo. Era hora de que la rosa fuera cortada. O estrangulada.
Nadie me volvería a humillar.


Capítulo 7: No digas que no te lo advertí

La pequeña princesita no se daba cuenta de nada. Entonces decidí que era hora de empezar a divertirme. Comencé a mirarla con sadismo, aunque ella no conocía siquiera el significado de esa palabra. También volvimos a vernos mucho, sí, pero estando a solas y sin testigos. Poco a poco fui alimentando la semilla del miedo que había plantado en su interior. Y aproveché para acentuar esa sonrisa torcida tan común en mí, extendiéndola de forma perturbadora.

Y llegó el día en que ella cometió ese pequeño desliz que lo precipitó todo.

Estábamos en el centro comercial, en la tienda de música, cuando todo ocurrió.

Entró un chico de nuestra edad y se puso a investigar entre los CD. El chico en cuestión era, hay que admitirlo, muy guapo. Tenía el pelo negro azabache y unos ojos serios de color gris tormentoso. No pude evitar quedármelo mirando un buen rato con curiosidad.

Kina advirtió aquel gesto y se dirigió hacia él. Recuerdo exactamente las palabras que pronunció;

-Eh, ¿qué tal?- hizo una pausa.- ¿Ves a mi amiga, esa chica de ahí? Pues resulta que le gustas.

Aparté la vista avergonzada. Y entonces recordé todo lo que me había hecho antes de aquello. La miré con odio y le dije con voz  fría;
-Kina, yo te mato.

1 comentario:

  1. Me resulta terriblemente interesante la historia desde el punto de vista de Inés, casi fascinante (xD). Sin duda las cosas se han acelerado ahora. O_O

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