Capítulo 5: Las sombras que se ciernen sobre nuestros pasos
Kina se comportaba cada vez más raro.
Su sonrisa, en vez de calmarme, me helaba la sangre. Era como si
ocultase algo, y realmente no quería saber lo que era. Ahora pasaba muy poco
tiempo con ella, se alejaba de mí. De vez en cuando le llamaba la atención al
respecto, y ella volvía conmigo una semana. Pero siempre así, como dicen los
policías ‘siempre el mismo modus operandi’.
Día a día, el cielo se ensombrecía sobre mi cabeza. Comencé a
recelar. Todo había cambiado, y no precisamente para bien. Me volví precavida y
desconfiada al notar que no podía creer ya siquiera en ella.
En silencio, comencé a vigilar a Kina. Siempre actuaba tan
alegre, tan… tensa y artificial. Para mí era obvio que ocultaba algo. Como el
halcón que oculta sus garras.
Lástima que no me diera
cuenta antes de hasta dónde llegaba la farsa. Lástima que la rosa contaminada
me hubiera hechizado con su aparente pureza.
Qué triste que su amistad acabara así... Inés me inspira cierta ternura, de alguna manera. Y es curioso ver cómo se va volviendo más "malvada" y recelosa tan rápido.
ResponderEliminar