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Capítulo 1: La soledad
antes de tiempo
Con cuatro años recién cumplidos, llegué al
que sería el escenario en el que representaría mi mayor obra.
Mi pobre mente infantil no comprendía aún por
qué mi madre me había llevado allí.
Recuerdo con espeluznante claridad cada
detalle. Mi madre habló con una señora mayor situada tras un mostrador. No les
presté demasiada atención mientras recorría con los ojos aquel lugar.
La habitación estaba sumida en una extraña
penumbra debido a las polvorientas persianas bajadas. Olía a cerrado y a
perfume barato. Había algunos bancos desperdigados por la estancia y macetas
con plantas macilentas en cada esquina.
A parte de mi madre, la señora tras el
mostrador y yo, no había nadie más. Sin embargo, por las diminutas huellas
embarradas que había en el suelo, podía averiguar que por el lugar habían
pasado niños de mi edad hace poco.
Mi madre acabó de hablar con la mujer dándole
las gracias con una sonrisa tensa. Me miró y se dio la vuelta sin abrir la
boca. Yo apreté su mano, sonriendo, pero ella se soltó horrorizada. Lo último
que vi fueron sus ojos marrones oscurecidos por el maquillaje, abiertos y
aterrorizados.
La puerta giratoria dio un par de vueltas
después de que mi madre se fuera.
Pasaron varios días y yo me quedé allí,
esperando el regreso de mi madre. Pero transcurrieron otras dos semanas y ella
no volvió. Y yo empecé a entender que tampoco tenía intención de hacerlo.
Entendí que aquello era lo que llamaban un
internado, y que mi madre me había dejado allí sin pretender regresar.

Vaya, Inés ha tenido una vida igualmente dura. :/ Se llama como yo, no puedo evitar tenerle un poco de cariño. xDD
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